Por otro lado, en el área nororiental de la comarca, esta proximidad, junto con la alternancia de estratos de areniscas, fácilmente erosionables, con conglomerados, más duros y resistentes, facilitó en el pasado su utilización como viviendas, pero también como construcciones auxiliares para diferentes procesos agroalimentarios (bodegas de vino, de aceite, corrales…). Es conocido que desde el siglo IV de la actual era, diferentes comunidades eremíticas se desplazaron desde las zonas más urbanizadas del Valle del Ebro para retirarse a dichas zonas. En tercer lugar, desde mediados del siglo XIX, la comarca del Alto Cidacos, experimentó un fuerte desarrollo de la industria textil, hecho que fue favorecido por el aprovechamiento de la energía hidráulica del río. Este proceso comenzó a manifestar los primeros síntomas de crisis en los años veinte del pasado siglo y quebró en la década de los años cincuenta, provocando el cierre de las industrias situadas a ambos lados del río y la marcha masiva de la población hacia los centros urbanos.
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